sábado, 24 de noviembre de 2012

Carta abierta a Dusko Ivanovic


Estimado Sr. Ivanovic

Le escribo esta carta porque hace seis días, me informaron de que había sido destituido de su cargo. Lo primero, me gustaría decirle que le agradezco de corazón todo lo que ha hecho por el club del que presumo por estos mundos de Dios, con orgullo.

La verdad es que las cosas no iban muy bien, no nos engañemos, y tanto usted como yo sabíamos que la, no por esperada, fatal noticia, podía hacerse realidad en cualquier momento. En mi opinión, le diré que no me han gustado las formas en las que le comunicaron que tenía que hacer las maletas, ya que creo que durante estos diez años, se ha ganado el suficiente respeto como para que, aún sabiéndolo todo el mundo, se le hubiera transmitido la sentencia en otro lugar que no fuera un frío vestuario, para luego dejarlo a los “leones” y, aunque antes había salido el presidente, tener que decir, hundido y me imagino que sin ganas de nada, que el encuentro con el Blusens Mombús era el último en el que había estado como entrenador vitoriano. Un OLE, como dicen por estas tierras, por haber dado la cara en estos momentos difíciles, y haberlo hecho como un SEÑOR.

Aunque en lo personal, estoy bastante enfadado con usted, por el feo detalle que tuvo hacia un gran amigo mío hace unos años, en lo profesional y deportivo, le tengo un gran respeto. ¿Por qué?, porque ha sido uno de los artífices de que haya llorado, reído, enfadado y casi hasta haber tenido que llamar a un cardiólogo para que estuviera de guardia cada vez que había un partido importante de mi equipo. Pero, siempre hay un pero, esto no significa que no llegue a reconocer que su salida igual era lo mejor para todos, incluido usted. El tiempo, y solo el tiempo, dirá si su marcha, ha sido beneficiosa o no.

Últimamente, ya no era el Sargento de Hierro que tantas veces hemos visto en el campo y en las ruedas de prensa. Se había convertido en un “Cabo chusquero” de tres al cuarto, con un ejército de postín, por no decir otras cosas. Le veía cansado, como si hubiera tirado la toalla y se hubiera abandonado a su suerte. Realmente no se el por qué de esta situación, pero cuando alguien tiene todo en contra, es más difícil mantener su estado mental y ser uno mismo, por lo que en el fondo, puedo llegar a entender su posición. Siempre alababa y me maravillaba la forma que tenía de luchar contra las adversidades, que han sido muchas en estos 10 años, y su forma de recuperarse de los golpes, deportivos, que sufría el equipo. Pero ya no era así, con la mirada perdida y con los brazos cruzados, pululaba por la banda muchas veces, como si ya no tuviera ganas de luchar más por un equipo, su equipo, y, en algunos casos, una afición, su afición, que le daba la espalda.

Muchos de esos, jugadores, aficionados, etc....que le daban la espalda, silbaban y que en algunos casos le faltaban al respeto con insultos y desprecios, no todos, “lloraron” su marcha cual plañideras pagadas para hacer un paripé en un entierro. Nunca he entendido, y esto ya es a nivel personal, que se ponga a “parir” a una persona y que cuando ya no esté, se diga lo maravillosa que era, solo porque, de cara a la galería, queda políticamente correcto. Si a mi hay alguien que no me cae bien, o que pienso, como he leído alguna vez, que es un cancer para, en este caso, un equipo, no quiero que le pase nada malo, eso no se le desea a nadie, pero tampoco cuando ya no está, digo que era una persona magnífica y enumero sus éxitos y logros. O callo o me ahorro las palabras bonitas. Si a alguien se le tiene respeto y se le reconocen sus valores y sus logros, se hace a las duras y a las maduras. Pero cada uno es dueño de sus palabras y pensamientos, y aunque no lo comparta, hago lo que muchos no han hecho con usted, respetarlo.

Hay dos dichos que dicen lo siguiente : “Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde” y “ De fuera vendrán, que bueno te harán”. Yo, siempre con respeto, he de decirle que, aunque me hubiera gustado que siguiera como capitán de este barco, espero de corazón que cualquiera de esas dos frases con, en cierto modo, sentido, no lleguen a hacerse realidad. ¿Por qué?, porque si alguna de las dos tuviera razón en este caso, significaría que el equipo va de mal en peor, y yo, Sr. Ivanovic, siento decirle, y estoy seguro de que lo entenderá, que mi corazón es del Baskonia mucho antes de que usted llegara a mi ciudad y consiguiera ponernos en el mapa europeo y nacional. Por lo tanto, espero y deseo que nunca nos tengamos que llegar a dar cuenta de lo que hemos perdido, si no que cuando hablemos de usted digamos que fue uno de los mejores, si no el mejor, entrenador de la historia del club. Por otra parte, también espero y deseo que el nuevo entrenador, no le haga mejor, si no peor, porque esto significará que el Baskonia ha ido a avanzado con paso firme y sigue por buen camino.

Algo que no entiendo muy bien, es que la afición haya llegado al punto de dividirse, sí, ha leído bien, dividirse, entre Duskistas y no Duskistas, e incluso entre buen aficionado y mal aficionado, cosa que, hablando claro, me parece la chorrada más grande del mundo, pero me da pena y me preocupa quizás más, que el devenir del equipo en estos momentos. No entiendo los enfrentamientos entre unos y otros, sus “yo soy mejor y tu peor”, “tu no te mereces estar aquí y yo sí”, “yo apoyo y tu no”, etc, etc.....ya que siempre, nos hemos distinguido por haber estado unidos, remando al mismo tiempo y hacia el mismo sitio, sin importar realmente quienes estuvieran, si no lo que siempre nos ha mantenido juntos, un sentimiento, una forma de vida, el BASKONIA. Quizás, y sólo quizás, si hubiéramos sido todos uno, las cosas, por una parte, habrían cambiado, pero eso es otra historia.

Como ya le he dicho yo soy del Baskonia desde que nací, desde mucho antes de que este club, este sentimiento, llegara a ser lo que es hoy, no me he subido al carro porque se pusiera a ganar títulos como si no costara, cosa que han hecho muchos, y este sentimiento que a veces pienso que no es bueno, y que tengo hacia el equipo de mi ciudad, es lo suficientemente importante para que, a partir de ahora, apoyar a su sustituto con todas mis ganas, ya que lo que me importa no es el nombre de quien juegue o quien lo entrene, lo que me importa es que sea cual sea el que lo dirija o el que meta las canastas, sienta los colores y lleve al equipo hasta las cotas más altas, en otras palabras, se parta el pecho por lo que este club significa para muchos. En este caso, estoy convencido de que si ese “ejercito de postín” que tenía este año, lo hubiera hecho, yo ahora no estaría escribiendo esta carta. Por mucho respeto que le tenga, siento decirle, que espero que el Baskonia vaya a mejor día a día, y que si su salida implica que esto suceda, haré borrón y cuenta nueva y “simplemente” le recordaré como lo que ha sido, al menos para mí, el mejor entrenador de la historia del club.

No le voy a comentar lo que opino del nuevo entrenador, porque creo que hay que dejarle trabajar, ni lo que pienso del vergonzoso encuentro, que sus, ahora, ex-¿jugadores?, realizaron en su último partido de la Euroleague en Kaunas, ya que, en mi humilde opinión, Tabak, no tiene la culpa de haberse encontrado con una panda de niñatos mal criados, igual que usted tampoco la tenía de que el profesionalismo en algunos de ellos, brille por su ausencia. Por otro lado, también le comentaré, que aunque usted, hay que reconocerlo, tuviera una parte de culpa, táctica, en el juego de sus pupilos, no era la persona que tendría que haber pagado por todos los males. Pero, en este caso le voy a dar la razón a tito Josean, es más fácil echar a uno que a 11.

De todas formas, y esto ahora que no nos lee nadie queda entre usted y yo, le diré dos cosas. La primera, es que me alegro de que, contra el Zalguiris, no estuviera dirigiendo al equipo, ya que creo que no se merece el mal rato que tuvo que pasar su sucesor en esos bochornosos cuarenta minutos y la segunda, que prefiero un partido y un equipo patético con usted, que con otro entrenador.

Sin más me despido Sr.Ivanovic, no sin antes decirle que espero de corazón que allá donde vaya y donde esté, todo le sea propicio, que cuando vuelva por el Buesa Arena, todos, y digo TODOS, se pongan de pie para aplaudirle, y que su realidad, la del Baskonia y la de los baskonistas SIEMPRE sea más bonita que sus sueños.